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Versos dedicados al Santo Custodio


VERSOS DEDICADOS AL SANTO CUSTODIO

La Joya del Salograr
se ha quedado muy sombría,
porque de allí se ha alejado
el consuelo y la alegría.

Tú que eres bendito y bueno
y de Dios todo lo alcanzas
cómo que has dado lugar
que te saquen de tu casa.

Quisiera estar a tu lado
y compartir tu dolor
y derramar sobre tu pecho
lágrimas del corazón.

Tu corazón destrozado
está de tanto sufrir
por esa horrorosa guerra
que no nos deja vivir.

Tú te alejas de tu casa
por evitar un conflicto
y abandonas tus ganados
y aquel lugar tan bendito.

Con tu querida familia
te alejas con sentimiento
de aquel lugar tan bendito
hasta que termine esto.

Al salirte de la Joya
tu corazón visitaba
el santuario Solar
porque de allí te alejabas.

Al alejarte de allí
con sentimiento y dolor,
aquellos nobles vecinos
le echaste tu bendición.

Todos quedaron llorando
cuando te vieron salir
y el corazón traspasado
por no poderte seguir.

Los pajaritos que alegres
cantaban en tu tejado
ya no se sienten cantar
polque tú te has alejado,
pero pronto volverás.

Todos los días visitas
la Joya del Salograr
en forma de mariposa
y el santuario Solar.

En la cárcel de Jaén
ingresastes por salvar
algunos hijos de Andújar
y ya están en libertad.

El carcelero de allí
todas las puertas cerraba,
pero cuando amanecía
todas abiertas estaban
sin saber quién las abría.

Santo Custodio bendito
te adoro de corazón
y te pido tus favores
cada día en mi oración.

Aquella dulce sonrisa
que tus labios despedían
se ha convertido en tristeza,
dolor y melancolía.

Con esa boca divina
me dices que no sufriera
porque quedaba poco tiempo
para terminar la guerra.

Una voz dulce y secreta
ha resonado en mi pecho,
que para el día de tu santo
quedará terminado esto.

Tú me dices que no sufra
por tu noble corazón,
y yo tengo que sufrir
porque me lo manda Dios.

Las lágrimas de amargura
que derramas sin cesar
han abrasado mi pecho,
y no te puedo olvidar.

Llevo tu imagen divina
grabada en mi corazón,
noche y día pienso en ti,
mándame tu bendición
y acabaré de sufrir.

De ese pecho tan divino
desprendes tu corazón
y nos lo mandas de piedra
para que lo tenga yo.

En tu divino aposento
las horas me pasaría,
y de rosas y jazmines
tu pecho yo cubriría.

Siempre llevas mi recuerdo
grabado en tu corazón,
con lágrimas en los ojos
te pido con compasión,
que me mandes el consuelo
para calmar mi dolor.

Dios me ha mandado a esta vida
para que tenga un tormento,
con calma y resignación
llevaré mi sufrimiento.

Un sufrimiento moral
embarga mi corazón,
que me lo vaya calmando
implorarás al Señor.

Lágrimas que derramar
mi corazón ya no tiene,
para poderte pagar
lo mucho que me concedes.

Al alborear el día
te llama mi corazón
para que con alegría
nos mandes tu bendición.

Siendo yo tan pecadora
lo que he llegado a alcanzar,
por sacrificios que hiciera
nunca llegaría a pagarte
lo que tú me consideras.

Cuando en Andújar entraron
nuestras tropas Nacionales,
echando tu bendición
ibas por todas las calles.

Al retirarse las tropas,
en la plaza del mercado
le echastes tu bendición
para que quedara Andújar
en paz y gracias de Dios.

Santo Custodio bendito
le pediste a la Virgen:
-Los de Andújar no saldrán
que se quedarán tranquilos,
que no tendrán que rodar.

La Virgen le contestó:
-Te retirarás tranquilo
que todo cuanto me pidas
lo has de tener concedido.

Así los hijos de Andújar
debéis de tener en cuenta
que nos ha salvado Custodio
y María de la Cabeza
y deben de visitarles
o de mandarles promesas.

La lluvia de lindas flores
que te vengo a dedicar,
las lágrimas de amargura
que tengo yo derramás
por todo el género humano
durante la tempestad.

Una devota de Andújar
te dedica este recuerdo,
para que nunca la olvides
y le mandes el consuelo.

Esta humilde pecadora
que tanto le has concedido,
viene a rendirse a tus plantas
y a pedirte un sacrificio.

El Señor Custodio / DE LA / Joya de Noalejo
a 2 kilómetros de Frailes. /

LOS NOTABLES y PREFERIBLES MILAGROS QUE HACE

Escuchar todos, silencio,
el que se quiera enterar
los milagros que Custodio
acaba de publicar.

A la corte celestial
y a la Virgen soberana
que por su nombre se llama
la Virgen de la Cabeza,
patrona de toda España,
y a la Virgen de la Estrella
y a la del Carmen sagrada
y a la Virgen milagrosa,
divina e Inmaculada,
ya la Virgen del Consuelo
que por su verbo y su gracia
están en la Santa Iglesia
del Cielo representada,
han bajado aquí a la tierra
todas juntas y en compaña
con nuestro Señor divino
a pedir cuentas y a darlas
al Señor Santo Custodio
que sólo con él se habla
para que haga milagros
y que no interese nada
a todos los que padezcan
de enfermedad corta o larga
y amen con devoción
a la ley santuaria
y se encuentre arrepentido
de ofensivas palabras
que haya cometido
a la religión cristiana,
y todo el que se arrepienta
su vida quedará salva
en el valle misterioso
de las Vírgenes humanas
que están con nuestro Señor
diciendo misa del alba
y haciendo las oraciones
secretas y reservadas
al señor Santo Custodio,
que por su belleza y gracia
se acerca y habla con él
el espíritu de un alma.

Todos los días del año,
a sus horas convinadas,
unas veces va de tarde,
otras veces de mañana,
otras veces va de noche
y otras por la madrugada.

En una cierta ocasión
durmiendo estaba en su cama
y en el más profundo sueño
sintió que lo despertaban
y a tiempo de abrir los ojos
vio una luz que relumbraba
dentro de su habitación
que propiamente brillaba
como los rayos del sol
y la bella luna clara.

Todas las flores del
allí se representaban
y una poderosa Virgen
que Custodio la extrañaba
y era la Virgen del Carmen
que el espíritu mandaba
a decirle que venía
una mujer millonaria
de la región de Castilla,
hija de Guadalajara,
y traía una enfermedad
muy infectosa y muy larga
que los médicos del pueblo
no pudieron aceptarla.

Hacía ya cinco años
que la señora exclamaba
que aquel mal desconocido
que de ella se apoderaba
sin tener más alimento
que pan mojado con agua,
como médico no había
que pudiera ampararla
a pesar de la fortuna
que la mujer poseía
llevó médicos franceses
y médicos de Alemania
y no pudieron tampoco
a la señora curarla.

Los médicos se marcharon
y la señora quedaba
horriblemente pasando
su vida desesperada.

El día que se marcharon,
a otro día de mañana,
la señora dando gritos
estaba en su triste cama
pidiendo a Dios del Cielo
que su vida le quitara
porque ya más no podía
su enfermedad soportarla.

Al tiempo que un pobre anciano
a su puerta se acercaba
a pedirle una limosna
con la ropa destrozada.

Cuando la señora vio
al anciano cómo estaba
echo mano al monedero
y le dijo a la criada:
-Llévele estos cuatro duros
y dile que no se vaya
que le voy a dar un traje
que tengo de pura lana
que se lo compré a mi esposo
estando recién casada,
que a otro día de comprarlo
a Dios su vida entregaba
y se fue a la Santa Gloria
sin que el traje lo estrenara.

Al recibir el anciano
de manos de la criada
el traje y los cuatro duros
pidió un poco de agua
que se la dieron en un tiesto
porque no le repugnara,
la señora que observó
aquella triste palabra
a la criada le dijo
que de la alcoba sacara
la nueva jarra de oro
y que en ella le diera agua,
que no porque fuera anciano.
que es una humana
y tiene el mismo derecho
que el padre Santo de Italia.

Al recibir el anciano
de oro la nueva jarra
con palabras soberanas:

-Dígame usted por qué llora,
dígame usted por qué exclama,
dígame usted la verdad
a ver si puedo salvarla.

-Sí señor, mi buen anciano,
la señora contestaba,
hace más de cinco años
que de mi se apoderaba
una grave enfermedad
que me arranca las entrañas.

Entonces el pobre anciano
comenzó a examinarla
diciéndole: -No me engañe.
a la pregunta que la haga,
si me dices la verdad
su vida quedará salva
y si no de lo contrario
tendrá que morir quemada
igual que un frondoso bosque
encendido en vivas llamas,
y después de su peligro
quedará carbonizada.

Es muy cierto y positivo
que cuando usted se encontraba
en relación con su novio
su madre le aconsejaba
que no debiera admitirle
porque con él no igualaba
y un domingo por la tarde
su novio fue a visitarla,
estando hablando con él
su madre a tiempo llegaba
y dándole un buen consejo
con ella se impacientaba
y perdiendo el respeto
tres o cuatro bofetadas
le pegó a su propia madre
en el medio de la cara
y en aquel mismo momento
al suelo cayó insultada
y en el medio del insulto
a Dios su vida entregaba.

Y así le digo, señora.
que ha cometido una infamia,
que por pegarle a su madre
se está viendo castigada.

Si quiere ponerse buena
y verse purificada
renuncie a sus pecados
y haga lo que le manda
el pobre mendigo anciano
que ya verá lo que gana.
que sólo por atención
de darle el agua en la jarra
y en regalo cuatro duros
y el nuevo traje de lana.
si hace lo que le digo
le prometo mi palabra
que tiene que verse buena.
saludable con el agua
de las cristalinas fuentes
que tiene Sierra Nevada.

Vaya usted a Andalucía
prontamente y sin tardanza,
a las tierras de Jaén,
que es tierra divina y santa,
y a un trayecto de 8 leguas,
son cortas más bien que largas,
hay un delicioso pueblo
que el Noalejo se llama,
y bien próximo de allí,
a una pequeña distancia.
hay otro pequeño pueblo
que por su nombre tiene Frailes,
y cerca de allí reside
el hombre que ha de curarla
en un cortijo de campo
que el cual la Joya se llama.

Y tiene que presentarse 
a las diez de la mañana,
allí la recibirán
porque va recomendada
del pobre mendigo anciano
de la Religión sagrada.

El día que la señora
salió de Guadalajara,
con destino a Noalejo
con tres hombres en compaña
pagándoles su jornal
y el viaje costeaba.

En la estación de Alcaudete
del tren mixto se bajaban
emprendiendo su viaje
en el auto de Granada.

Desde este pueblo a Alcalá,
desde allí se fueron a Frailes,
la echaron en la camilla
bien brillante y adornada.

Pasando cuestas y cerros,
por barrancos y montañas,
cuando al cortijo asomaron
Custodio salió a aguardarla.

Al llegar a su presencia
les dijo que descansaran
y dejaran la camilla
con la señora acostada.

Alrededor de Custodio
todos se arrodillaban
con el sombrero en la mano
a un tiempo que saludaban.

Al saludarlos Custodio
les dijo que se callaran;
se aproximó a la señora
diciendo en breves palabras:

-No preciso preguntarle
porque sé lo que le pasa,
se encuentra usted arrepentida
de pecado y de la infamia
que le acometió a su madre
que el ser que tiene le daba.

-Sí, señor Custodio,
la señora le contestaba,
yo me encuentro arrepentida
de las cuatro bofetadas
que le di a mi propia madre
por no querer respetarla.

-Pues ya puede retirarse
que ya queda buena y sana,
sabrá que la he puesto buena
solamente con mirarla.

La señora que se vio
tan buena y purificada
saca de su maletín
unos mil duros en plata,
mil más en sendos billetes,
en oro sacó otras tantas
monedas de cinco duros,
a Custodio regalaba.

Y Custodio respondió
prontamente y sin tardanza:

-Llévese usted ese dinero
que yo no intereso nada,
porque me quedo conforme
solamente con las gracias,
pero tiene que decir
siempre una misa diaria
a la corte celestial
y a la Virgen soberana,
y a la Virgen de la Estrella,
y a la del Carmen sagrada,
y a aquella que está en el cerro
que por su nombre se llama
la Virgen de la Cabeza,
patrona de toda España, 
y la Virgen milagrosa
divina e Inmaculada,
y a la Virgen del Consuelo,
que son vírgenes humanas
que van con nuestro Señor
y el espíritu de un alma
que son los que autorizan
para que pueda curarla.

Amén. Amén. Amén.



Custodio pone buenas a todas las personas que estén enfermas y vayan con buena devoción y crean en la ley de Dios y en la Santa Religión Cristiana.

Grandiosos Milagros / Realizados por el SANTO CUSTODIO / de la villa de Noalejo y su especial prodigio para curar / a todos los enfermos que lo visitan.


PRIMERA PARTE

Una perra gorda vale
el papel que vende el cojo
porque es del Santo Custodio
de la Joya de Noalejo
y le echó la bendición
para todo el que quiera leerlo,
que lo lea con devoción
y se llevará el misterio.

Amorosísimo Rey
de la tierra y de los Cielos
como no queréis bajar
al mundo, que es el Infierno,
mandasteis un delegado
por orden del Padre Eterno
a la provincia de Jaén,
término de Noalejo,
donde le llaman la Joya,
que acuden los forasteros
el que cura a los enfermos,
porque está el Santo Custodio,
que murió el santo Aceituno
y ha quedado en su relevo,
por eso voy a contarles
el milagro tan tremendo
que le ha ocurrido a este sabio
con la justicia del Cielo.

Un madrugada temprano
se quitó el santo el sombrero
para rezar sus devociones
arrodillado en el suelo
y terminó de rezar
y estaba el Santo ofreciendo
se le iluminó la casa
con todos los astros del Cielo.

Pegó un trueno el tejado
y las puertas se le abrieron
tres perros en compañía
enfrente se le pusieron,
dos tenían el pelo blanco
y el del medio el pelo negro
con una carta en la boca
que aquél sería el correo.

Los dos blancos lo miraban
y entonces el perro negro
pegó un salto a la cocina
y en la mesa del brasero
allí dejó la carta
que estaba el santo leyendo.

El perro se retiró
haciendo el acatamiento,
que lo estaban esperando
los otros dos compañeros. 

Se quitaron los retratos 
que figuraban de perros.
se volvieron tres estrellas
las más hermosas del Cielo.

Más pronto que un aeroplano
se levantaron del suelo
y se fueron por los campos
echando chispas de fuego.

Fin de la primera parte.



SEGUNDA PARTE

Fue mucha la admiración
para los pobres ganaderos
que se fueron a la Joya
y dejaron los carneros.

El santo quedó pasmado
al ver tan grande misterio
que hablan salido tres estrellas
habiendo entrado tres perros.

Temblando cogió la carta
y cuando le vio el sello
dijo el santo:
-Para la pluma de esta letra
no hay en el mundo tintero.

Pues la carta la besó
y se la metió en el pecho
y se fue a hacer oración
a nuestro Dios Sacramento.

Apenas rayó la Aurora
los pájaros acudieron,
unos cantaban a fuera
y otros cantaban a dentro,
y algunos que se atrevían
cantaban en su sombrero.

Ocho pueblos alrededor
el anuncio lo tuvieron
del milagro de la Joya
y de la carta con los perros.

Valdepeñas y el Castillo
y Frailes y Noalejo,
Campillo de Arenas y Cambil
y el Carchel y el Carchelejo,
abandonaron sus casas
para llevar los enfermos.

Los caminos iban tapados
de pobres y caballeros
y llegaron a la Joya
más de dos mil se reunieron.

Paraban en las afueras
porque no cogían adentro.
y salió el santo Custodio
y en brazos me lo cogieron
y no lo querían soltar
porque no pisara el suelo.

Les echó la bendición
pa los malos y pa los buenos,
fue tan buena medicina
que los pobres recibieron
que los baldados y cojos
todos andando se fueron
y decían con alegría
viva el médico del Cielo.
que el Santo Custodio cura
sin botica y sin dinero.

Es nombrado por el mar.
también por el extranjero
con un papel de fumar
que le dé el santo al enfermo
y se lo tome con agua
al instante queda bueno.

De niño lo vio un ángel
estando de ganadero
y regando la hortaliza
otras visitas le hicieron
y cuando murió Aceituno
vino la carta y los perros.

El que diga que no hay Dios
irá derecho al infierno,
tenemos un delegado
por la justicia del Cielo.

Conservar este papel
que tiene mucho misterio.

El que lleve este papel
en un sayo de su cuerpo
estará libre del fuego,
ni tendrá ningún dolor
tampoco malos tropiezos.

FIN


Esta es para referir el milagro que ha obrado el Santo Ángel Custodio con una joven de diez y ocho años, natural de Cañete de las Torres y además otro milagro con un joven del Castillo y otro de Alcalá el que estaba con una pierna impedida y deseguida se fue completamente sano; el de Alcalá con una pierna muy mala y salió andando de seguida bueno y sano, y un hombre que estaba completamente baldado y deseguida salió bueno y sano.

El Terrible Milagro de la
JOYA DEL NOVALEJO


PRIMERA PARTE

Oigan todos los presentes
señores y caballeros
el milagro más potente
de la Joya del Novalejo.

Amorosísimo Dios
de la tierra y de los cielos
dale permiso a la pluma
y también a mi tintero
para que sepa la España
y también el mundo entero
el milagro que Custodio
ha hecho con cuatro manchegos,
Valdepeñas de la Mancha,
que todos lo conocemos.

Allí había un matrimonio
muy honrado y muy bueno,
la Señora doña Juana
y su marido Antonio Lemo
y de fruto de bendición
tres varones que tuvieron:
uno lo tenía baldado,
otro tenía un brazo muerto
y otro lo tenían mudo;
no hablaba malo ni bueno.

El padre tenía un carro
para llevar vino a los pueblos,
venía la Virgen de agosto
y le dice un compañero:

-Tú te vienes a Jaén
porque hay un Santo muy bueno
y les presentas tus hijos
y tendrán algún consuelo.

El pobre le contestó
con pena y con sentimiento:

-Yo me encuentro sin recursos
y dicen que está muy lejos.

Repasaron los casinos
Y a todos los caballeros
les reunieron veinte duros
y los metió en el talego.

Arreglaron su viaje
y cargaron los enfermos
y fueron a despedirlos
la mitad de medio pueblo
y los enfermos lloraban
por dejar su paradero,
la madre ya sofocada
dirigió la vista al Cielo.

-Sagrada Virgen del Carmen,
madre de los artilleros,
conservad a mi marido
y también a mis enfermos
retiradlos del peligro
y llevadlos por lo bueno
y llevadlos a la Joya
en compañía del Padre Eterno,
y si no lo pueden curar
que vengan a mi terreno
que yo daré las entrañas
por cuidar a mis enfermos.

A la súplica que ha hecho
le hizo llorar a todo el pueblo
el carro comenzó a andar,
la madre se iba con ellos
tuvieron que sujetarla
que se bebiera un refresco.

Toda la noche caminan
los pobres de los viajeros
y fueron al amanecer
al puerto de Despeñaperros,
allí pararon el carro
para las mulas darles pienso,
el padre bajó el baldado
y al que tenía el brazo muerto.


SEGUNDA PARTE

El mudo se tiró un brinco 
que tenía remo bueno.

Ya estaban todos sentados
se presenta un caballero,
se sentó orilla del carro
de esta manera diciendo:

-¿A dónde marchan ustedes 
con este carro de enfermos?

El carrero contestó:
-A la Joya del Novalejo.

El caballero les dijo:
-Ese santo a nadie cura, 
ni a los malos ni a los buenos.

Una nube se formó
en lo alto de aquel cerro,
pues las gotas que caían 
calaban tos los sombreros.
entonces dijo el baldado:

-Papá no tengas tú miedo
que la cruz de Caravaca
me la he traído en el pecho.

El niño sacó la cruz
pegó un bote el caballero,
iba volando en el aire
echando rayos de fuego
y pegó un trueno tan grande
que tembló todo el Despeñaperros,
entonces dijo el baldado:

-Ese hombre no es muy bueno
que cuando saqué la cruz
se fue repartiendo fuego.

Entonces dijo su padre:
-Es un diablo del infierno,
nos ha librado la cruz
y también el Padre Eterno,
dame pronto que la bese
y la meta en tu seno.

El tiempo tranquilizó,
se quedó en azul el cielo
y arremataron a comer
y en el carro se subieron,
engancharon otra vez
a el camino lo siguieron
y llegaron a Jaén
a los tres días que salieron.

Allí en la Puerta Barrera
preguntan a un cordelero:
-¿Para ir a la catedral
por dónde iríamos más derechos?

Todos se lo señalaron
y así que se lo dijeron
les dio una voz a las mulas
y el látigo le crujieron,
y pasaron a la Carrera
en dos minutos y medio.

Detrás de la Catedral
el carro me lo pusieron,
le dice el padre a su mudo,
que era el que tenía más bueno,
que no arrime las mulas:

-y ten cuidado con esto
que voy a pedir permiso
al jefe de los serios
para ir a la catedral
a rezarle al Padre Eterno.

El permiso lo alcanzó,
lo que iba pretendiendo,
y para guardar al carro
una pareja de serios.

Fueron a la catedral
todos los cuatro manchegos,
oyeron la misa en cruz,
también besaron el suelo,
la devoción que llevaban
les chocó a todos los jaeneros
y terminaron la misa
y vino un cura de aquellos
y les dio cuatro medallas
del Santo Rostro del Cielo.

Se despidieron del cura
y en el carro se subieron
que tenían que dormir
en el pueblo del Novalejo.

A otro día de mañana
le dicen al posadero
que les buscara un peón
que él les darla los dineros,
pues sacaron las tres mulas
y los cinco se subieron
y tomaron el camino
por cañadas y los cerros
y al bajar por un barranco
las mulas se detuvieron
y se encontraron un hombre
en una mesa leyendo,
el hombre se levantó
de esta manera diciendo:

-Mirar manchegos dichosos
que yo no vengo a ofenderos
la culpa tiene tu madre,
comprometió al Padre Eterno
para que fuera a acompañaros
a la Joya del Novalejo
y yo fui que os libré
en el puerto de Despeñaperros.

El hombre se les perdió
y ellos quedaron diciendo:
-¡Qué milagro tan terrible
y qué milagro tan tremendo!

Anduvieron el camino
y en la Joya se metieron,
los dos hombres se ayudaron
a bajar a los enfermos,
sacó el tintero y la pluma
de esta manera diciendo:

-Nos tiene que perdonar
las letras que estoy haciendo
venimos de lejanas tierras
atravesando terrenos.

De tres hijos que he tenido
los tres se los traigo enfermos
desde aquí vemos la casa
pero es un atrevimiento
de colocarnos en ella
sin el permiso siquiera,
esperemos bendición
si es que nos la merecemos.

Los enfermos están muy tristes
esperando su consuelo.

La carta le dio al peón
que tenia del Novalejo
y se la entregó a Custodio
levantándose el sombrero
para que penetrara dentro.

Custodio salió a la calle
y todo lo estuvo viendo,
sacó una mesa redonda
y colocó al Padre Eterno,
también el Señor del Huerto
en la mesa colocó
toda la corte del Cielo,
la mano le dio al baldado
y también al del brazo muerto
y les dijo levantaros
y ponerse bien derechos.

Cuando el baldado se vio
que tenía buenos los remos,
agarra en brazos a Custodio
y no quería cederlo,
entonces decía el mudo:

-Yo también estoy muy bueno
que me han sacao de las orejas
una pelota de cera
y oigo todo lo que dices
y lo que dice el ajeno.

Y el que tenía el brazo malo
ya se quitaba el sombrero,
cuando el padre vio al baldado,
brincaba más que un torero
y el mudo charlaba más
que un marchante de borregos.

Pues el padre se postró
delante del Padre Eterno:
-Padre mío de mi alma
decirme lo que os debo
porque me encuentro en la gloria
y he salido del infierno.

Y cogieron a Custodio
entre los cuatro en peso
y Custodio les decía
dejarme en este momento
tengo que hacer oración
a nuestro Dios verdadero.

Tres días estuvieron allí
sin querer salir de allí
y de todos se despidieron
y se fueron a Novalejo.

El que este papel llevara 
en el centro de su pecho 
estará libre de nubes 
y estará libre de incendios 
y no tendrá reumatismo,
del milagro del Novalejo.

Fin del episodio.





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